Proyecto de Carmen Valladollid para el Curso
PIXELADAS III –
PERCEPCIONES DESDE LA IMAGEN Y LA PALABRA - UPO
¿De dónde nacen las ideas?
De haber un origen para el germen de
una idea, el Huevo como metáfora de alimento y protección mientras madura y se
prepara para nacer, es un buen cubículo. Aunque nacer es sólo el inicio, la vida
de la idea no sería posible si antes no se ha generado, (fecundado dentro de
sí)
La mayoría de nosotros asociamos la
creatividad con el arte. En la escuela se pone más énfasis en otras materias
como las matemáticas, la lógica y las ciencias, por ello parece que de niños
desarrollamos poco este lado derecho del cerebro y de adultos somos poco
creativos.
“Lo posible sólo se da en lo vivo y
latente”
|
En la simbología del Huevo, hay
mucho que aprender de otras culturas y de cómo un elemento tan común pasa
desapercibido para la mayoría de nosotros.
En este caso, se trata de dejarnos llevar,
meternos dentro, sentirnos nacer, darle un lugar relevante, investigar y crear
a través de la imagen y la palabra, bajo su influencia.
A veces sólo nos falta comunicar,
tener recursos para decir al mundo lo pensado. Sin comunicación no es posible
que el concepto y la idea en sí, tomen forma. Comunicarnos con nosotros y con
el otro. Obtener recursos para ambas forma de comunicar.
Queremos nacer de esa forma intermitente que hace que se
puedan mantener en nuestro cerebro la capacidad de sorpresa y de innovación que
tenemos de pequeños. Mirar con ojos nuevos el mundo porque de esa forma
todo se vuelve semilla que puede llegar a brotar. Lo posible sólo se da en lo
vivo y latente.
Si alguien
que pasea por un lugar donde antes no había “nada”, se ve sorprendido por una
objeto colgado de los árboles (un huevo) y a su alrededor, casitas para pájaros
de colores, edificios singulares que contienen palabras, imágenes, recovecos
para investigar… Si ese alguien, de repente comprueba que el lugar invita a
sentarse, a reflexionar, a jugar… A abrir cajitas, tapones, botes… Si además
comprueba que todos los elementos son “usables” y se le propone una serie de
posibles instrucciones de uso donde será protagonista por un rato de lo que
hasta ayer no existía… Es probable que esa persona abra sus ojos, sus oídos,
sus sentidos todos, y no pueda resistirse a contemplar y luego colaborar en el
proyecto.
Todos
necesitamos ser invitados a formar parte de aquello que es nuevo. Todos
agradecemos que nos den “lugar”, que nos ayuden con aquello que ya existe en
nosotros pero no sabemos cómo sacar.
Esta
intervención es participativa porque pretende crecer con el visitante, tanto o
más, como el visitante crecerá con ella. Está viva, late, quiere ser tocada,
pensada, olida y sentida.
Pretendo
regalar un lugar tranquilo para parar el tiempo y ser nosotros en toda nuestra
esencia. Que el arte no sea
unidireccional, sino de múltiples caminos.
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